
Nacida el 30 de marzo de 1968 en Charlemagne, un pequeño pueblo de Quebec, Céline Marie Claudette Dion es la menor de una familia francocanadiense de 14 hijos. De niña, su familia reconoció su extraordinario talento para el canto, por lo que siempre la apoyó en su formación.
Cuando sólo tenía 12 años, grabó su primera canción Ce n’etait qu’un rêve, que impresionó inmediatamente al manager René Angélil, un manager que invirtió mucho en su carrera y la lanzó al mundo de la música, convirtiéndose más tarde en su marido y mentor.
En 1981 publicó su primer álbum en francés, pero fue en el Festival de Eurovisión de 1988 cuando ganó el concurso con la canción Ne partez pas sans moi, alcanzando así fama internacional.

Sin embargo, el punto de inflexión en la carrera de Celine se produjo en los años 90, cuando publicó el álbum Unison y, tres años más tarde, The colour of my Love, con The power of Love inside. D’eux es el álbum más vendido en lengua francesa, un álbum que contiene Pour que tu m’aimes encore, un éxito planetario escrito por Jean Jacques Goldman. En 1996, con el álbum Falling into you, alcanzó una fama aún mayor y ganó numerosos premios Grammy y el codiciado Álbum del Año. Pero su álbum más famoso fue Let’s talk about Love en 1997, álbum que también incluye la banda sonora de la película Titanic, My heart will go on. Fue en 1998 cuando grabó su segundo álbum en francés y recibió muchos elogios, S’il suffisait d’aimer y There are special times. Con All the way …A decade of song, en 1999, reunió en un álbum sus grandes éxitos junto con algunos temas inéditos.
Tras una breve pausa, volvió con A new day has come en 2002. Al año siguiente fue el turno de One heart and 1 fille & 4 types. En 2004 salió Miracle, Taking chances en 2007, Sans attendre en 2012 y en 2013 Loved me back to life. Le siguieron en 2016 Encore un soir y Courage en 2019.
El último en orden de lanzamiento es Love again, publicado el 12 de mayo de 2023. El álbum contiene cinco nuevas canciones y otros éxitos y es el primero tras el anuncio de su enfermedad ‘síndrome de la persona rígida’ que la obligó a cancelar varios conciertos.

Recientemente escribí un artículo en una revista en línea de profundidad ‘Sbircia la Notizia’, quería destacar el carácter excepcional de esta gran artista cuya voz celestial toca las cuerdas del alma.
Con su forma de cantar que va más allá de las meras notas musicales, Celine Dion es una manifestación incomparable de arte vocal que roza lo sublime. Una voz celestial, un raro don que alcanza extensiones vocales por encima del límite humano.
Cuando canta, parece como si el sonido viniera de lugares lejanos y desconocidos, elevándose con una energía única hasta el corazón del oyente.
Celine consigue con una precisión casi quirúrgica, gracias a su gran maestría en la modulación de cada nota, llegar al alma, y sabe cuándo susurrar o cuándo elevarse en notas que rozan lo divino.
Su extensión vocal no tiene parangón y abarca tres o más octavas con absoluta facilidad. Cada nota, como una gema sonora, es emitida con extraordinaria perfección, brillando y centelleando como las estrellas.
Pero su grandeza reside también en la forma profunda y emotiva en que interpreta cada pieza musical. Cada nota transmite emoción y expresa con pureza una pasión conmovedora que rara vez se encuentra en otros artistas.
Celine no se limita a cantar una canción, la vive e interpreta, fusionando alma y letra en una fascinante danza entre ella y el público.
Otro aspecto asombroso de esta artista única es su versatilidad. Es capaz de adaptarse con facilidad a una amplia gama de géneros musicales, ya sean dulces baladas románticas o potentes baladas cargadas de energía.
Detrás de este talento excepcional se esconde una técnica vocal impecable, una comprensión de la respiración, el apoyo diafragmático y la articulación fonatoria. Con este dominio técnico, Celine es capaz de afrontar retos vocales extremos con una aparente naturalidad.
Su canto es una rareza absoluta, rayana en lo divino, un arte que desafía las leyes de la física, toca las cuerdas más profundas del alma humana y nos lleva a tierras lejanas, haciéndonos soñar y sentir lo inefable.
Según las últimas noticias, por desgracia, la frágil salud de la artista, envuelta en una niebla de sufrimiento e incertidumbre, sigue ensombreciendo las perspectivas de futuro de la famosa cantante. Desde hace unos años, Celine Dion lucha contra el síndrome de la persona rígida (antes conocido como síndrome de la bella durmiente), y su batalla ha resultado bastante amarga, ensombrecida por espasmos debilitantes, dolores musculares y una rigidez creciente que la obliga a renunciar a los conciertos hasta 2024. Por desgracia, atrapada en esta prisión de sufrimiento, Celine es incluso incapaz de enfrentarse al mundo exterior; unos espasmos insoportables y una espalda encorvada la obligan a un silencio atormentado y la alejan poco a poco de los escenarios relucientes y los aplausos atronadores.
Esperemos que el telón que cayó hace casi dos años pueda volver a abrirse, barriendo la oscura sombra de aquella enfermedad que corrió un tenebroso velo sobre una de las voces más celestiales de nuestro tiempo, dando paso a una melodía de tristeza y a un enigma humano quizá irresoluble.



De su relación con su mánager René Angélil tuvo tres hijos, René-Charles en 2001 y los gemelos Eddy y Nelson en 2010. Pero por desgracia, en 2016 debido a una grave enfermedad, su marido falleció y Celine supo sobrellevar la situación con valentía y determinación.
A pesar del gran dolor, Celine siguió adelante con su carrera musical: «Esto es lo que René habría querido«, reveló a la revista People. Sin embargo, siempre ha sido una madre devota, reservada y discreta, una figura pública respetada por todos, especialmente por sus fans.